¿Un
nuevo Gran Juego Geopolítico en Asia Central?
Por
Isabel Stanganelli
Hace exactamente 100 años el conocido geógrafo y político
británico Sir Halford John Mackinder, uno de los fundadores de
la Geopolítica como ciencia, llamó a Asia Central "el
corazón de la Historia". El consideraba a esta región
el área pivote del planeta e indicó que quien la controlara
tendría el comando de Eurasia y que quien gobernara Eurasia gobernaría
al mundo.... Fue justamente en 1904 que los imperios británico
y zarista firmaron un tratado que debía poner fin a la competencia
entre ellos en Asia Central. Dicha competencia -ahora recordada como
el Gran Juego Geopolítico-, en realidad encontró su punto
final diez años después como consecuencia de la Primera
Guerra Mundial.
La competencia
entre sus respectivos imperios herederos, la Federación de Rusia
y EE.UU. durante la década pasada se refería principalmente
a emprendimientos comerciales, destacándose los hidrocarburos.
Pero actualmente
se está librando un verdadero Segundo Gran Juego Geopolítico,
que incluye a las mencionadas potencias y en menor grado -por el momento-
a China. Las evidencias al respecto son más que numerosas y se
han incrementado en el transcurso del último año.
Algunas de las evidencias:
1.- Organizaciones
A la creciente
intervención de EE.UU. en Asia Central y el Cáucaso Meridional,
Moscú ha respondido con iniciativas económicas y militares
que le permiten asegurar su presencia y construir estructuras de seguridad
multilaterales regionales. Si bien ambas potencias señalan que
sus intervenciones son complementarias, existen claros indicios de que
están librando una dura competencia.
1.- La Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) formada
por China, Rusia, Kazakhstán, Kirgyzstán, Tadjikistán
y Uzbekistán). Creada en 1996, en su Cumbre anual de mayo 2003,
la OCS terminó de organizar sus cuerpos permanentes, incluyendo
el Secretariado en Beijing y una estructura antiterrorista trasladada
de Bishkek a Tashkent, vecina del centro antiterrorista de la CEI.
2- El GUUAM (pro-estadounidense) está conformado por Georgia,
Ucrania, Uzbekistán, Azerbaiján y Moldova, integrantes
que frecuentemente acusaron a Rusia de incentivar el separatismo en
sus respectivos territorios. EE.UU. ha realizado enormes esfuerzos para
revivir el grupo GUUAM. El interés de EE.UU. en este último
grupo se ha incrementado en los últimos tiempos y ha persuadido
a Uzbekistán, última en ingresar en 1999 y que suspendió
su participación en 2002, a reincorporarse. La presión
diplomática de EE.UU. logró que se realizara una postergada
Cumbre en julio 2003 -a la que no asistieron tres sobre cinco mandatarios-.
Su última contribución para entrenamiento antiterrorista,
intercambio de información y el establecimiento de una Asamblea
parlamentaria del GUUAM ascendió a 46 millones de U$S. El interés
de EE.UU. no es una sorpresa: GUUAM es parte de las cuencas del Caspio
y mar Negro por las que desde la década pasada ambas potencias
compiten en áreas de desarrollo energético y rutas de
exportación. Además casi todos sus miembros tienen reservas
respecto de Rusia y parece lógico que cuenten con EE-.UU. como
su principal socio. En general, Moscú ve a las perspectivas de
GUUAM como limitadas y recientemente dejó en claro que la desaprueba,
considerándola un grupo pro americano, repleto de dinero estadounidense
y diseñado para contener las "ambiciones" de Rusia.
Una fuente adicional de tensión es que el GUUAM apoya el corredor
trascaucásico de transporte TRASECA, que relaciona a Asia Central,
la región del Caspio y del mar Negro, evitando
a Rusia. Por otra parte el 9 de junio el presidente georgiano
Mikheil Saakashvili indicó que la cumbre de GUUAM, que debía
realizarse en Batumi a mediados de junio 2004, fue pospuesta indefinidamente
sin haber precisado la causa de la medida. Horas antes Saakashvili había
difundido que habían confirmado su presencia sus pares de Ucrania
y Azerbaiján. Vladimir Voronin, presidente de Moldova sugirió
realizarla en otra ciudad -sin precisar cual- y que, dadas las tensiones
reinantes, no sería una reunión constructiva. Desde su
arribo al poder en 2001, Voronin ha sido pesimista sobre las perspectivas
del GUUAM y si bien en 2003, atenuó esta posición, no
asistió a la cumbre realizada ese año en Yalta y no confirmó
su presencia en la ahora postergada en Batumi.
3.-. Los emprendimientos de la OTAN: Kirgyzstán, Uzbekistán
y Kazakhstán son integrantes del Partenariato para la Paz de
la OTAN, organización que busca establecer dos bases en la última
república
mencionada. Por su parte la OTAN busca autorización
para patrullar el espacio aéreo georgiano. Ello le permitiría
relevar toda el área del Cáucaso septentrional y los mares
Negro y Caspio. Dos de los cinco Estados ribereños de este último
mar pertenecen a Asia Central.
4.- En mayo 2003 -en ocasión de la Cumbre
del Tratado de Seguridad Colectiva de la CEI realizada
en Moscú- quedaron firmados los documentos que dieron nacimiento
a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (CSTO),
formada por Rusia, Belarús, Armenia, Kazakhstán, Kirgyzstán
y Tadjikistán. Este evento casi no fue percibido en Occidente,
pero significa un avance del Tratado de Seguridad Colectiva (SCT) de
1992 hacia una estructura político-militar eurasiática
liderada por Rusia. Este objetivo ya había sido enunciado por
el presidente Putin en enero 2000 y acompañó a todas las
cumbres CEI/SCT desde entonces, remarcando su política de "near
abroad". La documentación firmada en mayo incluye la Carta
de la CSTO y su status legal, que incorpora acuerdos sobre fuerzas,
tropas y otro personal de los Estados miembros de la CSTO en territorios
de los restantes. Esta decisión permite llevar a cabo ejercicios
conjuntos y mecanismos rápidos de autorización de ingreso,
tránsito y operaciones de tropas rusas en los territorios de
los otros miembros. Las fuerzas de desplazamiento rápido consisten
en cuatro batallones correspondientes a Rusia, Kazakhstán, Kirgyzstán
y Tadjikistán. En tiempos de paz las milicias del CSTO se entrenarán
conjuntamente. Ante emergencias actuarán bajo un comando unificado
liderado por generales rusos en cuarteles conjuntos si bien toda acción
militar debe ser autorizada por los respectivos jefes de Estado.
5.- Rusia ¿una república de Asia Central? En una decisión
sin precedentes, Moscú se ha incorporado a un grupo exclusivo
de Asia Central en lo que parece un intento de neutralizar la presencia
de Washington en esta región de competencia geopolítica
entre ambas potencies.
En junio
2004 los jefes de Estado de cuatro de
las cinco Repúblicas se reunieron en Astana y
decidieron aceptar a Rusia en su "Central Asian Cooperation Organization"
(CACO). El Secretario de Consejo de Seguridad de Rusia, Igor Ivanov,
señaló en Astana que la integración multilateral
tenía por objetivo enfrentar los "desafíos de la
globalización".
CACO, fundado
en 1994 como la Central Asian Economic Cooperation Organization, otorga
un marco para solucionar cuestiones regionales y transfronterizas -como
compartir agua y recursos energéticos-. Ahora CACO aspira a crear
un mercado común regional y una zona de libre comercio en 15
años. No se resolvió si la incorporación de Rusia
hará que la CACO cambie su nombre. La incorporación de
Rusia se complementa con un componente militar. El general ruso Sergei
Chernomordin, jefe de la fuerza de desplazamiento rápido de la
CSTO, anunció que la fuerza realizará ejercicios de guerra
en Kazakhstán y Kirgyzstán en agosto.
6.- Moscú está incorporando en su agenda a numerosas agrupaciones
post soviéticas. A fines de mayo, los presidentes de Rusia, Ucrania,
Belarús y Kazakhstán se reunieron en Ucrania para modelar
un "Common Economic Space" (CES), similar a la UE -y se recalcó
que no es un velado retorno a la ex URSS-. Los cuatro líderes
acordaron promover gran coordinación de políticas económicas
y comerciales, incluyendo una zona libre de comercio para 2010 y Rusia
sugirió al rublo como moneda común.
Nazarbayev,
a quien Putin dio el crédito de la propuesta, señaló
que no es una organización cerrada y que otras naciones ex soviéticas
podrían incorporarse como miembros. Esta organización
también parece buscar contrarrestar la influencia de EE.UU. materializada
en el grupo GUUAM.
2.- Bases y emplazamientos:
Entre tanto,
Moscú parece sospechar de las intenciones de EE.UU. en Asia Central.
Cuando Estados Unidos estableció bases en Uzbekistán y
Kirgyzstán, como consecuencia de S-11, 2001, prometió
que sus fuerzas permanecerían solo hasta que el terrorismo regional
fuera conjurado. A principios de junio el asistente del Ministro de
Exteriores ruso Vyacheslav Trubnikov sugirió que EE.UU. podría
no honrar sus compromisos de retirarse de Asia Central y que su infraestructura
permanecería allí.
Moscú
a través del Ministro de Defensa Sergei Ivanov- ha insistido
en que la presencia de EE.UU. en la región es temporaria hasta
el fin de la acción antiterrorista en Afganistán y en
que no aceptará bases de ese país luego de ello. En realidad
Rusia no puede aceptar a Estados no regionales en Asia Central, sea
EE.UU. sea China: "es un área de vital interés para
nosotros, es nuestra prioridad". La mención de China causó
sorpresa pues hace pocas semanas la SCO, que incluye a China, acordó
medidas conjuntas de seguridad regional.
EE.UU. En Asia Central el Pentágono está en conversaciones
para instalar tres bases militares en Tadjikistán, que se sumarían
a las existentes en Uzbekistán -Khanabad, Kharsi o K.2 y Termez-
y Kirgyzstán -la base aérea Peter Ganci dentro del aeropuerto
Manas-. Esta última cuenta con 1.600 a 2000 efectivos de la coalición
contra el terrorismo liderada por EE.UU. El acuerdo inicial de permanencia
de un año expiró el pasado mes de diciembre y fue renovado
por otros tres con posibilidades de extenderse a plazos mayores. El
gobierno del presidente Akaev ha recibido asistencia financiera y creciente
prestigio regional por esta cooperación con EE.UU. Se debe señalar
que el aeropuerto Manas y sus instalaciones pertenecen a capitales privados
que son los que se benefician de los 7.000 U$S pagados por cada aterrizaje
y despegue de aviones de la coalición. Durante 2002 EE.UU. entregó
a Tadjikistán 109 millones de U$S en ayuda económica -y
900 millones a toda Asia Central-. El Pentágono está considerando
transformar sus bases militares temporales en Uzbekistán en permanentes
y desde ellas desplazar fuerzas expedicionarias, lo que ya está
llevando a la desestabilización regional, a promover impulsos
de desconfianza/competencia desde Moscú y dar a los terroristas
en este "arco de inestabilidad" -según el Pentágono-
un arma poderosa de aglutinamiento: la "ocupación americana"
incorpora reclutas a las organizaciones terroristas.
Rusia. En septiembre 2003 Rusia abrió formalmente una nueva base
en Kirgyzstán, Kant, a 30 Km. de la capital y del aeropuerto
Manas. Kant era un antiguo campo de entrenamiento soviético y
aunque es de menores dimensiones que Manas, fue diseñado y construido
como una base aérea. La localización lo dice todo: la
distancia a la capital le permite estar más protegido de observadores
que el readaptado Manas en los suburbios de Bishkek, desde Kant se pueden
monitorear las actividades de EE.UU. y sus aliados y también
demandar la negociación de los planes de vuelo de Manas -por
razones de seguridad-. Si bien la Federación podía haber
utilizado la base Osh -también en Kirgyzstán y próxima
al límite con Tadjikistán y Afganistán- prefirió
Kant, ¿por su proximidad con la base de EE.UU.?
Si bien
se considera que la base aérea Kant puede coexistir con la Peter
Ganci, muchos expertos locales consideran que la rivalidad entre EE.UU.
y Rusia por influencia en Asia Central se intensificará y obligará
a Kirgyzstán a realizar una elección geopolítica.
A la nueva base rusa ya arribaron aviones militares rusos, incluyendo
cuatro MiG-29, cinco Su-27, cinco Su-25, seis Il-76, cuatro L-39, un
An-24, un An-12, un Il-18 y dos helicópteros Mi-8. Hay además
150 efectivos rusos que pronto serán 500 y operarán en
el marco de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva
(CSTO).
Se considera localmente que la apertura de la base fortalecerá
la seguridad en Asia Central, amenazada por el incremento de la actividad
radicalizada islámica, pero en mayor nivel incrementará
la eficiencia de elementos clave del sistema de seguridad colectiva
del CSTO que a su vez detendrá la influencia de la OTAN en Asia
Central. Abundan los mensajes que afirman que ambas bases son competidoras
geopolíticas y también los que señalan que son
complementarias en sus respectivas misiones. Pero el ministro de defensa
Esen Topoyev explicitó que las fuerzas del CSTO en Kant tienen
el objetivo de "proteger la seguridad del territorio y espacio
aéreo de Kirgyzstán". Si bien aparentemente el gobierno
intenta equilibrarse entre ambas potencias, muchos analistas sostienen
que será imposible para Kirgyzstán mantener por demasiado
tiempo ese delicado equilibrio y pronto deberá elegir sus prioridades
políticas. Si se viera obligada posiblemente optará por
Kant y la protección de Rusia, considerada más capaz que
EE.UU. de proveer el deseado nivel de seguridad y soporte político
así como asistencia económica. El presidente Akayev declaró
que Kant demuestra que el poder de Rusia sigue incrementándose
y puede sostener una base aérea que protegerá a sus amigos
de cualquier amenaza. Además tendrá efectos positivos
en el desarrollo de comercio bilateral y lazos económicos, culturales
y humanitarios. En una entrevista para Nezavisimaya Gazeta el ministro
Topoyev indicó que la prioridad en política exterior de
Kirgyzstán "fue y será el desarrollo de una cooperación
multivectorial productiva en el marco de la CEI, el CSTO y la Organización
de Cooperación de Shanghai (OCS)"
3. A nivel Estados:
El gobierno
de Kirgyzstán indicó que el fortalecimiento de su cooperación
con la OTAN se suma a su pertenencia al CSTO y a la Organización
de Cooperación de Shanghai -cuyo centro de desplazamiento rápido
está contiguo a la base Kant-. Al respecto es importante destacar
que Kirgyzstán es la segunda república de la CEI, después
de Georgia, que cuenta con efectivos de OTAN y FR estacionados en forma
contigua. De todos modos Kirgyzstán destaca que Kant pertenece
al CSTO y no a Rusia y que Manas responde a la coalición contra
el terrorismo de la que Rusia también es parte y no es exclusivamente
una
base de EE.UU. o de la OTAN.
Toda esta actividad inquieta al presidente de la vecina Uzbekistán
a la que se sumaron los cruentos incidentes de fines de marzo 2004.
Uzbekistán está también estrechando relaciones
con Rusia -el presidente Putin realizó recientemente su primer
visita a Uzbekistán como parte de la campaña de Moscú
para reafirmar su influencia en la región-
y
últimamente con China.
La presencia
de EE.UU. en la república y su base aérea Karshi-Khanabad
-conocida como K2- preocupa a Rusia, China e Irán. A más
de dos años de la autorización de uso de la base, Khanabad
continúa siendo una instalación clave y punto de apoyo
para operaciones en Afganistán. También es el mayor centro
de contratistas civiles de la subsidiaria KBR de Halliburton Co. para
realizar viajes militares a Afganistán. La base -vedada a periodistas-
cuenta con 1.750 efectivos -900 de la fuerza aérea, 400 milicianos
y 450 civiles-.
Retener
acceso a Asia Central es
acorde con la estrategia de Washington en Asia.
En su visita
a Uzbekistán a fines de febrero, Rumsfeld manifestó que
EE.UU. deseaba establecer "sitios de operación" -a
diferencia de las bases estos sitios no son permanentes- donde EE.UU.
y sus aliados puedan contar con facilidades y acceder periódica
e intermitentemente. Como esta posibilidad de presencia en Asia Central
no necesariamente implica un desplazamiento militar a gran escala, los
funcionarios de EE.UU. esperan no tener oposición -o que sea
mínima- por parte de China y Rusia. Estas consideran que las
bases permanentes de Washington solo tienen por objetivo limitar sus
influencias regionales. Rusia fue clara: solo se permitirá esa
presencia extracontinental durante la duración de la operación
en Afganistán. De todos modos -e independientemente de la oposición
regional-, no hay seguridad que los ciudadanos estadounidenses aceptarán
financiar estos sitios de operación con incremento de impuestos.
Hasta ahora
Karimov ignoró la presión de EE.UU. por reformas, confiado
en que Washington necesita su base aérea tanto como él
necesita de la asistencia estadounidense. En consecuencia las necesidades
estratégicas se consideran por encima de las prácticas
de DD.HH. El principal peligro para EE.UU. es que es considerado cómplice
de esta situación y una fuerza crecientemente impopular en el
país. El más serio peligro es que Uzbekistán se
transforme en un estado fallido, vacío que rápidamente
llenarán militantes islámicos. Se considera empeñados
en el esfuerzo al Islamic Movement of Uzbekistan (IMU) y a Hizb-ut-Tahrir
(HT).
Los líderes
uzbekos siguen viendo a EE-UU- como un socio estratégico clave.
Uzbekistán cuenta con 65.000 efectivos que para fines de 2005
se reducirán a 53.000, más calificados y en su mayoría
soldados profesionales contratados -no conscriptos-. El Pentágono
colaboró en la modernización militar nacional. Con ayuda
de EE.UU. y otros donantes se organizaron cuatro centros de adiestramiento
en la república y hubo entrenamiento de efectivos en bases en
EE.UU.
En una
ceremonia realizada el 30 de abril, EE.UU. entregó al misterio
de defensa uzbeko 516.000 U$S en equipamiento para "combatir el
terrorismo, el tráfico de drogas y el ilegal de armas" y
se estableció que habrá este año otro embarque
de 600.000 U$S, así como dos helicópteros y dos buques
patrulleros por 5,8 millones de U$S para 2005.
Por su parte, Uzbekistán dio pasos para ampliar el soporte internacional
a sus esfuerzos. Durante su visita a Moscú -a mediados de abril-
Karimov expresó interés en relaciones más próximas
con Rusia. Al quejarse de la lenta respuesta de la coalición
antiterrorista, Karimov señaló al presidente Putin que
los terroristas se estaban reagrupando más rápidamente
que la coalición antiterrorista. Putin le expresó su apoyo
incondicional en la lucha contra el terrorismo. (La relación
entre ambos Estados había sido distante desde 1991.)
La visita
del ministro de defensa ruso Sergei Ivanov a Tashkent a mediados de
mayo confirmó el interés de ambos Estados en profundizar
su cooperación estratégica. En momentos en que Rusia anunció
un probable retiro de tropas de Tadjikistán, la asociación
con Karimov resulta un intento de controlar la creciente influencia
de EE.UU. en la región. Rusia extendió a Uzbekistán
la invitación a observar los ejercicios que realizará
este año entre Rusia, Kazakhstán y Kirgyzstán -Frontier
2004- de las Fuerzas Colectivas de Reacción Rápida (CRRF)
de la CSTO. El SCO también fue invitado a asistir, por ende China
también observará estos ejercicios. La decisión
de Uzbekistán y China de cooperar con miembros del CRRF muestra
su inclinación a usar mecanismos cooperativos en la lucha contra
el terrorismo sobre bases regionales. Uzbekistán cambió
su modalidad de permanecer alejada luego de los incidentes de marzo.
La próxima cumbre -junio- de la SCO se realizará en Tashkent.
Entre los
futuros planes, se cuentan los ejercicios conjuntos Rusia-Uzbekistán
en 2005. El proyecto para un sistema de defensa común está
esperando ratificación de la Duma rusa.
La competencia entre FR y EE.UU. también se está librando
en Tadjikistán. EE.UU. habría ofrecido 1.000 millones
de U$S en ayuda a Dushanbe a cambio de que el gobierno tadjiko rechace
el permiso de establecimiento de una base militar rusa en el país.
La FR también ha decidido incrementar su presencia militar en
Tadjikistán. Desde la guerra civil culminada en 1997- Moscú
tiene en la república a la mencionada División 201°-que
actualmente protege 11 secciones fronterizas con Afganistán e
importantes actividades económicas nacionales y presta ayuda
humanitaria a la población-. Ambos Estados están coordinando
planes de largo plazo para un desarrollo militar conjunto y la formación
de una base militar poderosa que incluirá componentes de aviación
con armas modernas que colaboren con las estructuras de seguridad tadjikas.
La División 201° será la base de este emprendimiento.
La FR también estará abocada a fortalecer al ejército
tadjiko mediante entrenamiento y la actualización de armas y
equipos de comunicaciones y reconocimiento. A fines de agosto 2003 un
comando conjunto de ambos países y 500 efectivos realizó
ejercicios destinados a optimizar la colaboración entre subunidades
de las FF.AA. tadjikas y la División 201° ante la eventualidad
de ingreso de fuerzas hostiles desde Afganistán.
Rusia busca además fortalecer su red de otras facilidades militares
en la región como es el caso del cosmodromo Baikonur Kazakhstán-
y un gran radar de alerta temprana en Tadjikistán. En este contexto
también es importante la incorporación de nuevas unidades
a su flota de guerra del Caspio.
En cuanto a Turkmenistán, a pesar que Niyazov ha probado ser
muy temperamental en sus acuerdos con otros Estados, la administración
Putin está negociando con él con el objetivo de asegurar
los intereses de Moscú en ese Estado rico en gas natural.
El Kremlin
envió una delegación a Turkmenistán a fines de
febrero que incluyó la firma de acuerdos de cooperación
económica, científica y cultural, diseñados para
animar a empresas conjuntas en la industria pesquera, minería
y producción de gas natural así como el intercambio comercial
y la preparación del terreno para que empresarios rusos entren
en el mercado turkmeno.
El claro
objetivo de Rusia es solidificar su posición como socio dominante
de Turkmenistán en cooperación en el sector energético
y en consecuencia retener el control sobre las exportaciones de gas
turkmeno. La misión incluyó a empresarios del sector energético
ruso como el presidente de la compañía de gas Itera, Igor
Makarov. En su reunión del 19 de febrero, Niyazov y Makarov acordaron
que Turkmenistán firmará un acuerdo mayor para desarrollar
en un futuro próximo yacimientos offshore en el sector turkmeno
del mar Caspio. El acuerdo de producción conjunta involucra al
consorcio petrolero ruso ZAO Zarit, que incluye a las estatales Rosneft
y Zarubezhneft, junto con el transportista de gas Itera. El acuerdo
regirá por 25 años y abarcará cuatro ricos yacimientos
de petróleo y gas en el Caspio, cerca del límite con Irán.
Zarit fue registrada en mayo 2002 en Moscú como empresa conjunta
entre Rosneft, la subsidiaria de Itera Gazkhiminvest (cada una con el
37% de Zarit) y Zarubezhneft, que retiene el restante 26%. El consorcio
busca atraer a las estatales turkmenas Turkmenneft y Turkmenneftegas,
así como a firmas iraníes para que sean parte del proyecto.
Turkmenistán, el mayor productor de gas de Asia Central, espera
atraer más de 26.000 millones de U$S en inversiones extranjeras
hacia 2020.
En abril
2003 Rusia y Turkmenistán firmaron dos acuerdos. Uno de ellos
el de exportaciones energéticas de largo plazo, el otro sobre
seguridad bilateral, fortalecidos en febrero último. Ambos tienen
amplio impacto en la geopolítica de Asia Central y en ambos casos
deben ser vistos dentro del contexto de los recientes desarrollos en
Iraq. El monopolio que busca Moscú sobre el tránsito de
gas turkmeno incrementa la habilidad del Kremlin de proyectar su influencia
en toda Asia Central y restaurar su endeble posición geopolítica.
Turkmenistán
es limítrofe de Afganistán e Irán, Estados clave
no miembros de la CEI. La crisis en Iraq incrementó el significado
del denominado arco Cáucaso-Asia Central que nuevamente está
pasando a ser para los planes estratégicos del Kremlin un vital
cinturón de seguridad meridional. Bajo estas circunstancias Moscú
debe incrementar su cooperación estratégica con Ashgabat
en particular y con los también autoritarios líderes de
Asia Central en general, algo que EE.UU. también está
haciendo.
Conclusiones
La política
exterior de otras potencias regionales parece ajustarse también
a la hipótesis sobre la existencia de un Segundo Juego Geopolítico.
La mayor participación de India en Tadjikistán y Afganistán
ha sido promovida por Moscú, así como la invitación
para su incorporación a la OCS. En agosto 2003 el embajador de
Irán en Moscú también evaluó la "posible
cooperación" con la CSTO.
Pero el
más asombroso y reciente indicio de esta competencia cuyo destino
final es Asia Central, es el pedido de EE.UU. a Turquía para
abrir una base en el mar Negro y utilizar sus puertos y aeropuertos
de Trabzon y Samsun. Este pedido ya se había formulado antes
de la guerra 2003 en Iraq y había sido rechazado, por lo cual
la Casa Blanca ordenó el retiro de sus aviones de guerra de Incirlik.
Posiblemente contaran con que luego de la guerra ya no necesitarían
a Turquía o sus bases. Y en Turquía había quienes
pensaron que luego que EE.UU. estableciera bases en Iraq, su país
perdería su importancia estratégica. Sin embargo, este
nuevo pedido de EE.UU., sumado a la solicitud de mejoras en la capacidad
de la base aérea Incirlik para estacionar nuevamente aviones
de guerra, excede el Defense and Economic Cooperation Agreement entre
ambos Estados y requiere aprobación parlamentaria. Obviamente
Iraq no se desarrolló como EE.UU. esperaba y no ha logrado estabilizarla.
En la región solo cuenta con Israel y tiene problemas con su
viejo aliado Arabia Saudí. El alcance de la iniciativa estadounidense
"Greater Middle East" no es ampliamente conocido pero es claro
que desea establecer bases en el Cáucaso, Medio Oriente y Asia
Central para su eventual uso. La trasferencia de sus bases en Alemania
a Bulgaria, Rumania y Polonia no le alcanzan para llegar a Asia Central.
Turquía es indispensable y combinada con la alianza EE.UU.-Israel
-que ya controla Palestina, Gaza y parte de Siria- podría ser
la base de un nuevo imperio en Medio Oriente.
Los deseos de Beijing y Moscú de fortalecerse hegemónicamente
rechazan bases permanentes de EE.UU. en países vecinos. Estas
han dificultado la cooperación regional al punto que se explica
la reluctancia de Uzbekistán a participar en los ejercicios Coalición
2003 para no comprometer la ayuda económica de EE.UU. A pesar
de ello, Tashkent pasó posteriormente a ser centro de la fuerza
de desplazamiento rápido contra el terrorismo de la OCS.
En Kirgyzstán
la apertura de la base Kant fortalece el perfil económico de
Moscú en la región. De hecho Putin mencionó el
incremento de relaciones económicas entre ambos Estados en su
inauguración. Para los locales, las bases de EE.UU. no promovieron
reformas democráticas ni económicas en los países
que las hospedan.
Existe
una convergencia de intereses vitales en Asia Central para China, Rusia
y EE.UU. puesto la une el deseo de eliminar la amenaza continua del
terrorismo. Existe margen para una cooperación "pragmática"
principalmente entre estos tres Estados -pero sin excluir a otros como
India-Pakistán-, lo que no impide que se observen con mucha atención
mientras intentan arraigarse profundamente en Asia Central desplazando
a las restantes. Por el momento los esfuerzos regionales -posiblemente
con la excepción de Pakistán- se concentran en que la
presencia de EE.UU. se extienda al menor plazo posible.
Por otra
parte hay señales de que la actitud de EE.UU. respecto de sus
bases en Asia Central amenaza la paz regional. Preocupada con los hechos
sangrientos en Iraq, EE.UU. no ha indicado cambios en su política
en Asia central luego de los ejercicios realizados por China, Rusia,
Kirgyzstán, Tadjikistán y Kazakhstán -Coalición
2003-, finalizados
en agosto. Se esperaba que Bush impulsara más
activamente esa cooperación, habida cuenta de sus costosas -y
en última instancia peligrosas- bases militares en Asia Central.
En cambio en este lapso EE.UU. intentó comprometer a China en
tratativas diplomáticas referidas a Corea del Norte, en tanto
se intensificó peligrosamente la guerrilla en Afganistán
y las elecciones en Azerbaiján reprodujeron imágenes de
represión y violencia.
Como fuente
de petróleo, influencia y aliados -así como esfera de
influencia contra el extremismo islámico- Asia Central luce crítica
para los intereses de EE.UU. Pero también lo es para la estrategia
de Rusia y China. Aunque deberían actuar en forma coordinada,
la actitud de EE.UU. respecto de sus bases puede bloquear cualquier
progreso. Por otra parte se sostiene que el avance de EE.UU. degradará
la identidad nacional de las Repúblicas de la CEI que no tendrán
más alternativa que plegarse a Rusia en lo que ya están
denominando Unión Eurasiática.